3. La escuela un lugar seguro con teatro de improvisación

La escuela debería ser un lugar seguro, segurísimo."Un espacio de permiso" como nos dijo hace poco Berta, mi profe de impro. Un espacio donde darnos permiso para poder ser, experimentar, aprender, pasárselo bien, sin miedo. 

Yung Beef  "está difícil ser real, aunque debería ser muy fácil en realidad"

Me pregunto si podemos asegurar esto en la escuela, ¿todo el tiempo?, ¿al menos durante cada clase?, ¿de quién es responsabilidad?, ¿cómo se hace?, ¿cómo se practica?, ¿cómo se aprende?, ¿con esto es suficiente?, ¿qué más hace falta?...

Hasta ahora una de las herramientas y experiencias más potentes que me he encontrado ha sido el teatro de improvisación. En Valladolid tenemos la enorme suerte de tener esta escuela increíble en el Laboratorio 11 filas que además han comenzado este año ¡una liga escolar !❤

En este link, las noticias y videos donde cuentan todo

Sacado de la misma noticia, preciosas declaraciones de algunos de los alumnos:

«Al principio pasas mucha vergüenza, pero es muy liberador. Hacer el ridículo da mucha confianza», admite Inés Gonzalo. La opinión es compartida por sus compañeros de liga. «Yo soy muy vergonzoso, pero aquí soy otra persona. Tenemos demasiado miedo al fallo», explica Bruno Lozano, de la Escuela de Arte. «Y es muy útil para la vida, te anima a hacer, a actuar, a no temer».

También Ana Álvarez, de La Enseñanza, siente que la impro la ha transformado. «Si algo me gusta, ahora voy a pelear por ello. En la vida, las cosas que quieres pueden salir o no, pero, si no pruebas, es seguro que no lo consigues. Es mejor intentarlo». Iker Vall, de la Escuela de Arte, también lo ha vivido así: «Me ha ayudado a ser más directo e impulsivo, y a disfrutar más».

Uno de los aspectos terapéuticos de la improvisación tiene que ver con que hay libertad total para hacer lo que te apetezca. Pero dentro de un orden, porque «en la impro vale todo, pero no cualquier cosa». Y hay una invitación permanente a superarse, a ir más allá de los propios límites, en busca de cierta excelencia que pasa por el ingenio, el humor y la capacidad de sorprender. Las reacciones del público, sobre todo sus risas y sus gritos, muy frecuentes en la liga impro, dan una primera medida del acierto.

Si despierta la curiosidad de algún/a lector/a, ¡te animo mucho a que pruebes!